La auditoría externa cumple una función esencial al revelar, informar y concientizar tanto al equipo ejecutivo como al personal de la empresa auditada sobre las características de su organización desde una perspectiva externa. Este proceso exhaustivo abarca diversos ámbitos críticos, tales como lo tributario, contable, financiero, administrativo y de gestión. A través de la aplicación de un profundo conocimiento técnico, experiencia en la materia y el más alto nivel de profesionalismo, los auditores externos se embarcan en la tarea de analizar minuciosamente las operaciones y prácticas de la empresa.

Mediante este análisis riguroso, se identifican tanto las debilidades como las fortalezas inherentes a la organización. Las debilidades, o áreas de mejora, son señaladas con el objetivo de permitir a la empresa tomar medidas correctivas y adoptar estrategias que fortalezcan sus sistemas y procedimientos internos. Esto contribuye directamente a la optimización de los procesos y a la mitigación de riesgos.